Acupuntura y tuberculosis

27 junio 2014

 

Tuberculosis

Algo que la medicina convencional no puede proporcionarte pero la acupuntura sí: tuberculosis.

Unos médicos chinos describen una infección transmitida por las agujas de acupuntura que afectó a 30 pacientes, dos de ellos graves, en este artículo:

Liu Y, Pan J, Jin K, Liu C, Wang J, et al. (2014) Analysis of 30 Patients with Acupuncture-Induced Primary Inoculation Tuberculosis. PLoS ONE 9(6): e100377. doi:10.1371/journal.pone.0100377

No se llega a esclarecer cuál es el origen concreto de la infección. Se trata sin duda de las agujas que se emplearon en los tratamientos de acupuntura. Afortunadamente, en China disponen también de medicina convencional y administraron potentes antibióticos a todos los pacientes sospechosos.


¿Debemos destruir la Universidad, maestro?

26 septiembre 2012

 

Nuestra generación padeció los excesos experimentadores de muchos profesores y maestros que pretendían liberarnos y no sabían cómo hacerlo. Para liberar a alguien primero hay que identificar qué es lo que le oprime. Si la opresión consiste en llevar uniforme, entrar y salir a toque de pito y recibir collejas y palmetazos de los profesores, la liberación se puede concretar en la supresión de normas denigrantes. Pero si lo que nos oprime es el SISTEMA, entonces agárrate porque la educación (mi educación) se convierte en un experimento de subversión del sistema.

La subversión del sistema puede consistir en sentarse unos frente a otros, profesor y alumnos mezclados, para ver si alguien se anima a enseñar a los demás lo que sabe en un plano de igualdad, porque el esquema profesor-alumno es parte del sistema opresor. El resultado (diez minutos de silencio incómodo) no hizo tambalearse al sistema opresor, sino que más bien nos ayudó a entender por qué goza de tan buena salud.

Recuerdo un debate en el programa “La Clave” sobre la Universidad. Uno de los invitados, catedrático de no sé qué, suelta: “Hay que acabar con la Universidad y que cada hombre enseñe a cada hombre lo que sabe.” Para mi asombro, todos los invitados estuvieron de acuerdo. Yo era adolescente y me sorprendió que todos aquellos profesores universitarios considerasen que la eliminación de la Universidad era lo deseable. Luego empezaron una discusión demasiado oscura para mí, empezé a aburrirme y me fui a la cama a leer.

Supongo que todos aquellos universitarios tan iconoclastas siguen en sus cátedras o se habrán jubilado sin lograr su ansiado objetivo, la destrucción de la Universidad, al menos voluntariamente.

En ésas estábamos cuando llegó el paradigma oriental. La verdadera liberación era interior. ¡Claro!… Por eso no conseguíamos nada. La respuesta estaba en la sabiduría de Oriente, las artes marciales, la meditación, el yoga, el zen y el cuenco tibetano. Nadie parecía reparar en el hecho de que las sociedades orientales eran más rígidas, clasistas, injustas y opresoras que la nuestra. Extraños maestros para liberarse.

¿Cómo es posible que llegara a triunfar un conjunto de ideas tan estrambótico? Yo creo que el cine tiene algo que ver.

La película Karate kid ofrece un ejemplo del paradigma oriental en lo que a trasmisión de conocimiento se refiere. El maestro transmite conocimientos pero, sobre todo, actitud. Está enseñando artes marciales pero también un modelo de comportamiento y un modelo de enseñanza. El conocimiento debe ser divulgado como se divulga un secreto poderoso, de persona a persona, en voz baja y a cambio de sumisión.

No sé lo suficiente para saber si es un mito cultural, pero el paradigma oriental que hemos creado los occidentales dice que la enseñanza de los misterios de oriente consiste en seguir el camino de un maestro hasta que éste nos considera lo suficientemente sabios como para caminar solos. Las probabilidades que tenemos de seguir a un farsante que se hace pasar por sabio no son escasas, pero siempre podemos compensar el tiempo perdido aprendiendo las artes del farsante y atrayendo a discípulos ingenuos. Quizá sea ése el origen de los misterios de oriente.

Todos hemos sufrido maestros ineptos y farsantes pero, por fortuna, había otros que compensaban. Pero en kárate Kid, el alumno debe someterse servilmente a un solo maestro porque no le está permitido dividir su tiempo entre varios.

No conozco los pormenores de la historia de la educación, pero lo que me queda claro es que la diferencia fundamental es que en occidente la enseñanza, como el conocimento, son una tarea colectiva. La ilustración desarrolla la enciclopedia y el plan de estudios, que pretenden ordenar y poner en común lo que sabe para que pueda ser alcanzado por cualquiera (con mucho trabajo, desde luego) con el objetivo manifiesto de que desaparezcan las ciencias secretas y los saberes arcanos. La pareja maestro-discípulo, en el contexto occidental de transmisión del conocimiento, es una pareja sospechosa.


Ostentación de humildad

17 septiembre 2011


Meditemos sobre la meditación

22 junio 2011

Para los que buscan información objetiva sobre la meditación y sus efectos me permito recomendar este estudio de 2007 elaborado por una decena de científicos de la Universidad de Alberta para una agencia del gobierno USA. Es bastante exhaustivo (es un tocho de 470 páginas); analizan 813 estudios, de los que la mayoría destacan por su baja calidad metodológica. La conclusión es que no existen pruebas de efectos de la meditación sobre la salud en general: Está disponible entero en pdf y es muy útil para orientarse en el complejo berenjenal de técnicas, escuelas y tradiciones. Lo que menos me gusta es el uso abusivo de siglas, pero supongo que es necesario para no pasar la frontera sicológica de las 500 páginas. Aquí hay una entrevista a los autores, que en general no fueron entrevistados por ningún medio importante. Ya os habréis fijado que este tipo de estudios nunca salen el los periódicos ni en la tele.

Han hecho un trabajal… Inicialmente seleccionaron, buscando en toda clase de bancos de datos, 2,285 artículos potencialmente relevantes. La aplicación de los criterios de selección los dejó en 911. Las razones para excluir estudios eran las siguientes: (1) el estudio no estaba dirigido a estudiar la efectividad de la meditación (n= 909), (2) estudios sin grupo control (n= 280), (3) el estudio no aportaba datos medibles relacionados con la salud (n= 170), (4) el estudio no examina un grupo de población adulta (n= 9), y (5) el estudio está hecho sobre menos de 10 participantes. El trabajo distingue cinco amplios tipos de meditación: Mantra, Atención Plena (Mindfulness), Yoga, Tai Chi, y Qi Gong y los compara entre ellas y con otras alternativas como la educación sanitaria (HE).

Los resultados son demoledores para aquellos que piensan que la meditación es la solución de casi todo. No se ha demostrado que sea la solución de prácticamente nada. Ocurre algo parecido a lo que se encuentra al evaluar la calidad de los estudios que demuestran la efectividad de la acupuntura o la homeopatía: Existe una gran cantidad de estudios propagandísticos de baja calidad que pretenden haber encontrado evidencias. Los estudios más rigurosos no encuentran nada o casi nada.

Es impresionante la cantidad de cosas para las que NO SIRVE la Meditación Trascendental ®, (recordemos que es una marca registrada). No ofrece ventaja sobre la educación sanitaria para mejorar la presión arterial, ni el peso corporal, ni la frecuencia cardiaca, ni el estrés, ni la ira, ni el colesterol, tampoco sirve para controlar la ingesta alimentaria ni el nivel de actividad física en pacientes hipertensos. La Respuesta de Rejalación (RR) no es mejor que el biofeedback para reducir la presión arterial en hipertensos (lo que no quiere decir que el biofeedback funcione). El yoga no produce efectos clínicos estadísticamente significativos sobre la presión arterial en comparación con pacientes no tratados. Tampoco es mejor que el ejercicio físico para reducir el peso corporal en pacientes con trastornos cardiovasculares. La meditación budista zen en pacientes hipertensos no funciona mejor que, simplemente, tomarse la presión arterial de vez en cuando. Algunos meta-análisis no han podido hacerse. Por ejemplo, respecto al efecto sobre la drogadicción, los estudios eran demasiado heterogénos. Muchas prácticas diferentes y muchos tratamientos de los resultados que no tienen nada que ver unos con otros. Los tres mejores estudios, que estudiaron respectivamente la Atenció Plena, el RR y el Yoga son inconclusivos.

Yo mismo estoy sorprendido de unos resultados tan pobres, especialmente la meditación de Atención Plena, que tiene unos objetivos modestos (tratar la depresión) y está desprovista de elementos místicos. Finalmente, uno se pregunta, ¿sirve para algo algún tipo de meditación? Algo hay: El meta-análisis reveló que los efectos fisiológicos más fuertes y consistentes en poblaciones sanas se producen en la reducción de la frecuencia cardiaca, presión arterial y el colesterol. El efecto neuropsicológico más fuerte es en el aumento de la creatividad verbal. Hay también algunas pruebas de «antes y después” que apoyan la hipótesis de que ciertas prácticas de meditación reducen el tiempo de reacción visual, la presión intraocular, y aumentan el tiempo de contención de la respiración (no es sorprendente porque muchos tipos de meditación ejercitan el control de la respiración). La Mindfulness ha demostrado algún efecto en la prevención de la drogadicción. En el estudio comparativo del yoga para el alcoholismo se encuentra una tasa de recuperación significativamente mayor para el grupo de practicantes de yoga, aunque en ambos casos es discutible a qué se debe exactamente el efecto (cambio en el modo de vida y en el entorno social…). El estudio que comparó la RR con la relajación muscular progresiva (PMR) en alcohólicos encontró efectos en la presión sanguínea (que se mantuvo más baja que en el grupo control), pero no para las otras medidas (ansiedad, pulso, y conductividad de la piel). De manera que se puede decir que la RR y PMR produjeron cambios significativos en la tensión. Pero la baja calidad metodológica de los estudios indica que la mayoría pueden dar lugar a sobreestimaciones de los efectos del tratamiento o son difícilmente generalizables. En particular, la falta de un grupo de control correspondiente en el antes y el después de los resultados impide controlar las tendencias temporales y la sensibilidad a las características metodológicas. Por lo tanto, esto resultados deben interpretarse con cautela.

Los autores sugieren que los que quieran estudiar los efectos de estas y otras técnicas parecidas, utilicen los criterios CONSORT (Consolidated Standards of Reporting Trials) para no perder el tiempo y no hacérselo perder a los demás. Estos criterios están pensados para evitar las malas prácticas de las farmacéuticas, que intentan a menudo hacer creer en la eficacia de sus fármacos a base de estudios poco rigurosos. Pero como sucede con las farmacéuticas, el objetivo de muchos de estos estudios es hacer publicidad engañosa y se dirigen a la prensa y no a la comunidad científica, así que me temo que seguiremos leyendo por mucho tiempo eso de “estudios científicos demuestran que…”


Lobsang Rampa: fontanería del ocultismo

28 diciembre 2010

Intentando ceñirnos al tema de este blog, inauguraremos una serie dedicada a las imposturas literarias. Obras supuestamente escritas por algún remoto personaje que de forma azarosa llegan a las manos del lector occidental contemporáneo y que nos traen mundos, mitologías y formas de pensar desconocidas. Generalmente no se enmarcan en ninguna tradición. Son obras especialísimas, presentadas como grandes revelaciones culturales. El éxito y la influencia de estas imposturas ha sido grande; algunas han tenido la capacidad de crear mitos aceptados como verdaderos y contra los que resulta agotador luchar.

Empezaremos por el mito que fabricó nuestra imagen del Tíbet lejano y misterioso. Hace poco hablábamos (o mejor dibujábamos) acerca del estereotipo occidental de lo que debe ser el pensamiento oriental. El Profesor Hurvitz, de la Universidad de Columbia, traductor de literatura oriental, decía que «para mucha gente, Oriente DEBE ser misterioso o, si no, la vida no tiene sentido.»

Esta obsesión por encuadrar a Oriente dentro de su mito ha necesitado de diversas estafas para asentarse en la imaginación colectiva. Es que la realidad es tozuda, no se ajusta a lo que nos gustaría que fuese y, a veces, hay que ayudarla un poco. Para ayudar a recrear, o más bien a crear, la imagen del Tíbet y su sabiduría oculta escribió sus memorias el supuesto lama Martes Lobsang Rampa y se las arregló para que llegaran al público occidental de la manera más extraordinaria que pueda imaginarse. Para ello ocupó el cuerpo de Cyril Hoskin (1910-1981), un británico sin oficio conocido (se ha dicho que era fontanero, pero parece que el fontanero era su padre). Poseido por el lama, Cyril escribió y fue publicando sus relatos desde 1958, a pesar de que los expertos consultados por la editorial se mostraban todos de acuerdo en que los allí se contaba no tenía nada que ver con la realidad del Tíbet ni con el budismo. Por ejemplo, la operación de «apertura del tercer ojo», que le hacen a Lobsang para que pueda ver las auras y que le permite también ver algunos campos magnéticos (curiosamente, sólo los de los imanes), no se ha realizado nunca entre los verdaderos lamas. Los editores se debieron quedar un poco fastidiados, porque seguramente esperaban alguna opinión elogiosa para ponerla en la contraportada del libro y tal. Así que, simplemente, ignoraron las advertencias y, por supuesto, publicaron el libro. Tuvieron un enorme éxito y hoy en día es imposible visitar un puesto de libros viejos sin encontrar alguno.

Entre los expertos consultados estaban Hugh Richardson, el último residente británico en Lhasa; Marca Pallis, viajero; y Heinrich Harrer, el protagonista de «siete años en el Tíbet». Uno de ellos, Agehananda Bharati publicó este artículo, en que explica que el plomero británico, que no había estado nunca en el Tíbet ni sabia una palabra de tibetano, ni siquiera era original en sus fantasías.  Se había inspirado en el libro de Madame Blavatsky «Secret Doctrine». Otra impostura intelectual de una conversa al budismo que por lo menos sí estuvo en Oriente a finales del XIX, aunque su desconocimiento de la lengua no le permitiese leer ni uno solo de los textos sagrados. En todo caso, Oriente estaba muy lejos y resultaba fácil convertirse en un experto si venías de allí. Blavatsky, más que una budista era una especie de multiiluminada que promovió una religión neoplatónica y ocultista llamada teosofía, que ya no está de moda ni nada, pero que constituye la semilla del, digamos, «pensamiento» New Age. También a ella se le apareció un maestro espiritual invisible para el resto de los mortales que le reveló grandes secretos sobre el viaje astral, la Atlántida y todos los tópicos del ocultismo, aunque parece que el ectoplasma oriental no llegó a poseerla, como hizo Lobsang con el hijo del fontanero.

En el Skeptic dictionary podréis encontrar una recopilación breve del contenido de las numerosas novelas del supuesto lama: Lobsang conoció al yeti; reconoció las momias de sus anteriores reencarnaciones; supo, por su acceso al saber oculto, que la cordillera del Himalaya se formó por la colisión de la Tierra con otro planeta y aportó otras muchas informaciones de este jaez, todas, como podéis ver, de gran valor científico.

Que sus libros todavía se vendan a un euro (cincuenta céntimos, si regateas) no me sorprende. Lo increíble es que… ¡todavía se imprimen! Ediciones Destino (del grupo Planeta) y Editorial Troquel, de Argentina, siguen publicando sin complejos esta impostura trasnochada. Y leyendo los comentarios de lectores, comprobamos que muchos saben que se trata de invenciones, pero dicen que el libro está bien porque «les ayudaó a abrir la mente» y a «ser mejores personas». Tengo que reconocer que me sorprende que una patraña pueda servir de ayuda para algo así. La moraleja es que hay personas que están deseando ser engañadas. Su crecimiento interior no les ha proporcionado la sinceridad suficiente para reconocer que se lo creyeron todo como pardillos y que, alentados por el héroe-lama, profundizaron en la autosugestión y la autohipnosis hasta llegar a creerse protagonistas de su propia novela. Hace falta inteligencia emocional para reconcer esas cosas.

La estrella de Oriente está declinando gracias a la globalización. Ahora convivimos con muchos orientales y vemos que no son demasiado misteriosos, van a lo suyo, no parecen preocupados por cuestiones trascendentales y no se les ve levitando casi nunca; además, la mayoría tienen unos gustos en lo que se refiere a música, cine, mobiliario y adorno personal que rayan en lo que toda la vida hemos calificado como «kitsch».

Qué decepción, Oriente está aquí y tiene más de hortera que de místico.


Oriente está muy lejos

14 noviembre 2010

Nuestra idea sobre cómo piensan los orientales está fuertemente contaminada de prejuicios “orientalistas” en el peor sentido del término. El pensamiento eurocentrista parece negar a los orientales la capacidad de estudiar objetivamente la naturaleza mediante la razón y la experimentación. Los que piensan que la mentalidad oriental es holística y trascendental por naturaleza deberían leer la biografía de Wang Chong (27-100 DC). Un escéptico oriental.

Así que conviene ser un poco críticos con los que intentan vendernos pensamiento oriental. ¿Seguro que saben de lo que hablan?


¿Tut-to o muet-te?

1 abril 2010

En una televisión hindú un gurú dice que es capaz de matar con sus poderes síquicos. Un famoso escéptico le desafía a que intente matarle a él y, efectivamente, el escéptico está a punto de morir, pero de aburrimiento.


Kamiseta-do

9 febrero 2010

Kamiseta-do (el camino de la camiseta).

1-Pon tu mente en blanco. La respiración es muy importante

2- Siéntete uno con la camiseta. Se tú mismo camiseta

3- Percibe, siente la corriente cósmica que circula por los meridianos de la camiseta.

4-No desprecies a la camiseta de asillas o “estilo imperio”, podría reencarnarse en guayabera

5-Déjate llevar por el impulso de tus dedos.

6-Y lo más difícil, no descuides tu crecimiento interior. No alardees. Usa tus poderes sólo para el bien.


Arsénico holístico

28 enero 2010

Decía Vázquez Montalbán que la juventud es la etapa de la vida en la que uno elige a sus enemigos. Hoy me siento joven y he elegido a este señor de la foto.

Si habéis notado un estremecimiento en la quinta dimensión es porque se acerca… Ya casi está aquí, entre nosotros. Nada menos que Deepak Chopra en Mallorca. Sería interesante contar un par de cosas de este fenómeno, ya que en la página de la revista Namasté, organizadores del evento, no me van a dejar (me censuran los comentarios). Chopra es Premio Ig Nóbel, los Nóbel estúpidos, de 1998 por sus marcianas reflexiones sobre la física cuántica, un tema del que no tiene ni idea, pero sobre el que ha reflexionado mucho.

A poco que le des cuerda (y presiento que la prensa local va a hacerlo) este señor te explica (es un decir) sus cosas de la espiritualidad cuántica. Ha buscado allí nuevas palabras y conceptos para vender lo de siempre: el equilibrio, la espiritualidad, la paz interior, comer verduras y todo eso. Le importa un bledo que los conceptos científicos que él usa no tengan nada que ver. Los mete con calzador y ya está, total, nadie lo entiende… La física cuántica está de moda y quedan unos libros y unos vídeos chulísimos que se venden como pan caliente.

Y ¿qué más vende? Pues a parte de sus libros y conferencias, medicamentos ayurvédicos. Esta es una buena ocasión para explicar que muchos de estos medicamentos contienen plomo, mercurio y arsénico en concentraciones superiores a las consideradas peligrosas para la salud. La medicina tradicional china y la tibetana también son muy aficionadas al mercurio. Algunas de las pastillas ayurvédicas analizadas tenían hasta 8 gramos de arsénico por kilo de producto (unas veinte veces por encima del límite para el agua potable). El arsénico es muy tóxico, acumulativo y probablemente cancerígeno.

Muchos consumidores de medicinas orientales son los mismos que no vacunan a sus hijos por lo del etilmercurio. Es gracioso que, además, se consideran personas informadas respecto a lo que afecta a su salud. Menos mal que ya viene Chopra con su galimatías cuántico que les explicará las cosas como son (o no).


Meditar, ¿es seguro?

25 octubre 2009

Me he visto necesitado de buscar información sobre la meditación trascendental (MT) y, la verdad es que es poco menos que imposible encontrar en la red nada que no sean panegíricos y alabanzas. No hay manera de encontrar información objetiva en castellano sobre este asunto, probablemente porque hay demasiados intereses económicos en mantener el prestigio de la MT. Os sorprenderíais de saber la cantidad de gente que vive de eso y del mercado paranormal en general.

Uno de los más famosos propagandistas de esta panacea oriental es el mediático Dalai Lama, pero la meditación llegó a Occidente  de la mano de personajes como Maharishi Mahesh Yogi, aún en activo, que te enseña este arte por una módica cantidad (2.500 $). En los 70 se anunciaba que los alumnos más avanzados eran capaces de levitar y adquirir diversos superpoderes (sidhis). Se publicaron fotos en los que se veía gente en el aire en la posición del loto, aunque en realidad estaban saltando.

R. Rabinoff, un físico que se convirtió a la MT, afirmaba que un grupo de gente meditando podía producir cambios en el entorno, disminuir el crimen, hacer crecer más los cultivos, evitar las enfermedades. Puso como ejemplo de todos estos efectos a la ciudad de Farfield, Iowa, donde un 13% de la población practicaba MT. Randi y otros escépticos comprobaron que Farfield no era diferente de las ciudades de alrededor en ninguno de esos aspectos.

El objetivo de la MT en los EEUU son las escuelas y el dinero público. Prometían, por ejemplo, erradicar la violencia en las aulas de San José (California) por unos 56 millones de $ al año y, sobre todo, buscan adeptos. Hoy en día, algunas víctimas de la MT y de gurús desaprensivos cuentan sus experiencias en diversas páginas, aunque parece que, por fortuna, pasó la época dorada de las sectas (o quizá no).

¿Efectos positivos?

Estudiar la MT con ojos críticos es una excentricidad, pero buscando buscando, algo hemos encontrado.

Hay una monografía, (Meditation, classic and contemporary perspectives, editada por D. H. Shapiro y R. N. Walsh en 1984), en la que uno encuentra cosas interesantes e inesperadas. Por ejemplo, me sorprendió comprobar que la MT no consigue bajar la frecuencia cardiaca más allá que la simple relajación. Yo pensaba que eso sí podían hacerlo.

Aunque algunos estudios modernos muestran efectos positivos en la reducción de la hipertensión, los doctores Raj Dhwarka P. y Chittaranjan A. entre otros, discuten su relevancia estadística. Cualquier técnica de relajación tiene efectos parecidos, y la predisposición de los creyentes en la meditación a implicarse activamente en el estudio constituye un sesgo importante. Los practicantes de la MT se esfuerzan en convencer a los investigadores de que funciona, mientras que la relajación no suelen tener practicantes tan proselitistas. Un metaestudio de 2004 dice que definitivamente no hay nada serio al respecto.

Un artículo de 2006 de cuatro psiquatras tailandeses no consiguen encontrar una mayor efectividad de la meditación con respecto a otras técnicas como el biofeedback o la relajación en el tratamiento de la ansiedad.

Aún más explícito es el metaestudio de Canter y Ernst sobre 107 artículos relativos al efecto de la MT sobre diferentes funciones cognitivas. La conclusión final es que no hay evidencias de tales efectos.

¿Y efectos adversos?

En el capítulo 17 de la monografía que citábamos antes (Adverse effects of transcendental meditation), L.S. Otis  explica que, en su opinión, los efectos alegados por los propagandistas de la MT son consecuencia de una selección de las historias más favorables. El psicólogo describe su estudio, que parece bien hecho, con un grupo de voluntarios control que no aprendieron MT y que proporcionaron los valores de “línea base”, un grupo que fue adiestrado en MT simulada y un tercer grupo que recibieron la formación típica en el SIMS (Students International Meditation Society). También pasaron unos 800 cuestionarios a alumnos del SIMS, dividiéndolos en tres grupos: “novicios”, experimentados (realizaban un curso para ser profesores) y abandonos. Curiosamente, los meditadores con largo historial mostraban más efectos adversos que los que habían abandonado el proceso voluntariamente. Esta paradoja apunta hacia una posible conducta adictiva respecto a la MT. Ansiedad, conducta antisocial, confusión, intolerancia a los demás, dificultades para descansar… Se demostró que el número y severidad de los desórdenes estaba positivamente relacionado con el tiempo que llevaban meditando. Los efectos adversos fueron duraderos en algunos casos y algunos voluntarios tuvieron que abandonar el experimento por consejo médico.

Sus conclusiones son que no es una práctica recomendable para todo el mundo y que, en muchos casos es desaconsejable. Publicó sus resultados en 1974 en Psychology Today, pero la marea de la meditación estaba en su máximo por entonces y aquello era remar en contra. El SIMS puso fin a su colaboración con el científico y envió un carta a todos sus profesores de los EEUU atacando duramente el artículo y proporcionándoles respuestas estándar para eludir las sospechas de efectos adversos que pudieran tener los alumnos.

Pasada la marea, en 1993, Persinger publicó un estudio comparando a 221 meditadores con 860 no meditadores y encontró una gran cantidad de efectos de tipo epiléptico: percepciones no relacionadas con los sentidos, percepción de significados ocultos en estímulos intrascendentes y toda una serie de síntomas asociados a los que los psicólogos llaman “pensamiento mágico”… Su hipótesis es que estos procedimientos cognitivos potencian desórdenes de tipo epiléptico. Este investigador encuentra toda una serie de síntomas de preponderancia del hemisferio derecho en los meditadores. Experimentar “presencias” era más frecuente en mujeres, especialmente si eran zurdas. Finalmente advierte que la meditación está contraindicada en esquizotípicos, trastornos de personalidad disociada y todos los grupos que muestren un frágil concepto de sí mismos.

Así que el Dalai Lama que diga misa o recite mantras, pero la Meditación trascendental puede tener efectos secundarios perniciosos.

Contra los problemas físicos y psicológicos los resultados son pobres, y si sus efectos son tan beneficiosos no se explica la elevada tasa de abandono, que es del 35 al 70% según la fuente. Así que no parece una técnica muy poderosa y, aunque sus propagandistas tratan de ocultarlo, existen sospechas razonables sobre posibles efectos secundarios. Entonces, ¿para qué sirve? Pues hay un campo de aplicación en el que la meditación trascendental no tiene competencia: conseguir la paz mundial, evitar las catástrofes naturales, como los terremotos o las epidemias y acabar con la contaminación…¡estamos salvados!

israeli levitando

Meditadores israelíes concentrándose para acabar con el conflicto de oriente medio. Como se puede ver, no tocan con los pies en suelo